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Emilio de Villota

 

Emilio de Villota Ruiz (Madrid, 26 de julio de 1946) es expiloto de Fórmula 1 español. Participó en 14 grandes premios, aunque tan sólo llegó a disputar dos carreras en 1977 puesto que no se clasificó para las restantes, debutando el 2 de mayo de 1976 en el trazado madrileño del Jarama.

 

Valiéndose de una reglamentación que por entonces permitía la participación de pilotos privados que pudiesen adquirir un monoplaza reglamentario y compitiendo al margen de las escuderías oficiales y del campeonato de constructores, Emilio debutó en F1 a los mandos de un Brabham con motor Ford, comprado al efecto de poder participar en el Gran Premio de España de 1976. El reglamento obligaba a superar una preclasificatoria con carácter eliminatorio y una clasificatoria el sábado, también con carácter eliminatorio y que a su vez definía el orden en la parrilla de salida. De Villota no consiguió clasificarse.

 

En 1977 el piloto desarrolló un proyecto más ambicioso que le convertiría en el quinto español en participar en la Fórmula 1, después de Alfonso de Portago Alex Soler-Roig Antonio Creus y Paco Godia. Bajo patrocinio principal deIberia, Emilio lideró la estructura de un modesto equipo privado que con licencia de "concursante internacional" y bajo la denominación de Iberia Airlines F1 disputó 7 grandes premios de la temporada europea. Se trataba de una escudería privada que no competía en el campeonato de constructores, tan solo en el de pilotos, y que contaba con medios bastante escasos: un camión para desplazar el monoplaza y los recambios y un Ford prestado por Ford España en el que se desplazaban los miembros de la plantilla, conformada por seis personas, incluyendo al propio Emilio. Para el proyecto de Iberia, adquirió un McLaren M23 con motor Ford, pintado con los colores de los patrocinadores del equipo. A los mandos de ese monoplaza logró clasificarse para el Gran Premio de España de 1977, acabando 13º, y para el Gran Premio de Austria en el que un accidente en la última vuelta le privó de cruzar la meta, clasificándose pese a ello en 17ª posición.

 

De nuevo como privado intentaba entrar a disputar el Gran Premio de España de 1978, fallando de nuevo en la clasificación. Tras este fracaso se alejó momentáneamente de la Fórmula 1 accediendo a disputar el campeonato Aurora F1, competición orientada a equipos y participantes privados que se disputaba en paralelo a la Fórmula 1 con monoplazas de Fórmula 1 y Fórmula 2. En el Aurora, campeonato más económico y que hacía por tanto depender menos a los pilotos de importantes patrocinios o estructuras deportivas para ser competitivos, Emilio destacó, acabando 3º en los certámenes de 1978 y 1979 y proclamándose campeón en 1980.

 

En ese año (1980) y de nuevo como privado volvía a intentar la clasificación para el Gran Premio de España de Fórmula 1 a los mandos de un Williams y con patrocinio del Banco Occidental. Sin embargo durante los días previos al mismo estallaba una lucha de poder largamente gestada entre la FISA (federación internacional) presidida por Jean-Maríe Balestre y la FOCA (asociación de equipos) liderada por Bernie Ecclestone que conducía finalmente a la disputa de la prueba en ausencia de los equipos partidarios de la FISA y a la invalidación de los resultados. En estas condiciones de Villota obtuvo la ansiada clasificación pudiendo disputar la carrera, durante la cual protagonizó un incidente, sacando de pista a Carlos Reutemann y a Jacques Laffite cuando trataban de doblarle. Sin embargo al quedar invalidados los resultados de la prueba por parte de la FISA la participación en este gran premio no cuenta a efectos oficiales.

 

En 1982 realizó su último intento en la Fórmula 1. Como piloto privado una vez más y a los mandos esta vez de un March motorizado por Ford buscó la clasificación, sin éxito, durante cinco grandes premios siendo la primera vez en su carrera como piloto de Fórmula 1 que cruzaba el Atlántico para competir fuera de Europa. Tras esta temporada el piloto reoriento su carrera hacia otras disciplinas mientras los cambios en la reglamentación de la Fórmula 1 acababan por hacer desaparecer la figura del piloto privado.

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